Juan Antonio Tinte, <<Begoña Summers: color urbano>>, El Punto de las Artes (Madrid), 27 de octubre al 2 de noviembre de 2000, p. 12.

 

La víspera de su anterior presentación en Madrid con una individual, tuvimos ocasión de conocer a Begoña Summers en el trasiego inherente a los prolegómenos de una inauguración. Su aparente tranquilidad, que en su momento sospechamos certera, lograba sostener su voz de pronunciamientos; asentía, a veces con muecas, pero no postulaba a propósito de la obra que allí se encontraba frente a nosotros. Esa callada seguridad frente a su trabajo delataba, por otro lado, la confianza de saber que aquello era su obra sin más, donde cualquier apostilla solo venía a confirmar lo que por si misma señalaba:” …me gusta la ciudad, y la pinto…”. No es esto poco decir de una joven autora, cuando, como si ya formase parte del rito, nos hemos acostumbrado a esperar de un momento a otro todo tipo de justificaciones a través de las cuales nos es señalado el conducto por donde habremos de canalizar nuestras apreciaciones.

 

Dos años más tarde, de nuevo la pintura de Begoña Summers irrumpe en la escena expositiva ofreciéndonos ese mismo universo de lo urbano con aportaciones de orden estético y de asunto. En esta ocasión, sin exonerar a las composiciones del sustrato esencial que revela su autoría, Begoña ha configurado una muestra en donde la fuerza del color sigue siendo protagonista de un panorama pictórico que ahora se enriquece en una especie de localización más reducida de su epicentro. Si bien es cierto que aún nos encontramos con obras del todo cercanas a las de hace dos años, lo cierto es que nos llaman la atención aquellas en las cuales la intensidad cromática se refuerza contrastada sobre un plano de fondo más desdibujado, menos sintético y soportado en tonos pastel, que aportan una nueva seña de identidad a su pintura.

 

Cabe señalar, en tanto que estamos hablando de una pintura que pone su acento en el entorno urbano, un aspecto que a nosotros nos parece determinante, como es el que Begoña haya logrado interiorizar esa ciudad que pinta. Es decir, la autora ahora nos ofrece desde un dibujo más radical, a la par que transgredido en su conformación, la distancia más corta, adentrándonos en esa su ciudad de la que antes éramos meros observadores desde el exterior.

1.ª Mención especial del Jurado del Concurso de Artes Plásticas y Fotografía 2013

COLEGIO DE ESPAÑA

PARÍS 

Mi calle, óleo sobre lienzo

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© Begoña Summers De Aguinaga

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