Portada Catálogo 2007



Víctor Zarza

La poesía está en la calle[1]

 

Indiscutiblemente, el espectáculo ciudadano representa uno de los principales argumentos fundacionales de la sensibilidad moderna. Sería un consumado, vocacional paseante urbano (flâneur, según propia expresión) quien encontraría en medio de las calles de una gran ciudad como París –paradigma, por entonces, del progreso en todos los órdenes—la inspiración para alumbrar una nueva concepción estética cuyo eco se ha dejado sentir durante generaciones. Charles Baudelaire recomendaba al “artista de la vida moderna” que se mantuviera atento al panorama que le ofrecía cuanto sucede en plazas y avenidas, en rincones y callejuelas, con una actitud en la que se combinase el dandysmo con cierta dosis de ingenuidad infantil.

 

La agitación que hoy marca el ritmo de la existencia de quienes habitamos en grandes núcleos urbanos, parece no invitar a la contemplación. Detenerse a mirar es casi un lujo, una circunstancia que sólo algunos privilegiados se pueden permitir. La prisa, la urgencia que invariablemente determina nuestro trasiego, nos hace percibirlo todo de manera parcial. De la idea del paisaje hemos pasado a la del fragmento, una de las unidades significantes que mejor retratan el vértigo en el que se desarrolla la vida en las ciudades contemporáneas.

 

Entre las cualidades inalienables del arte se halla la de mostrarnos algo, reconocible en mayor o menor medida, a través de la sensibilidad de otra persona. Quizá gracias a ello, la obra de Begoña Summers nos reconcilie con el entorno, nos ofrezca el beneficio de esa mirada sosegada que difícilmente somos ya capaces de propiciar por nuestra cuenta. Sus dibujos y pinturas son el testimonio de alguien que se ha detenido, que ha contemplado, que ha sabido apreciar el tono de una existencia sin condicionantes. Formas y colores, en animada composición, no constituyen, en su caso, la explosión abigarrada de una percepción ahíta, sobrestimulada, sino la plástica decantación de cuanto le ha procurado una visión emocionada de la realidad.

 

Como dejó escrito el ya mencionado Baudelaire, “la poesía está en la calle”. Dentro de esta convicción es donde cabe enmarcar la suave melodía que trasciende de los dibujos, óleos y pasteles que ahora presenta Begoña Summers.

 



[1] En el Catálogo de la Exposición Begoña Summers 2007, marzo de 2007.

1.ª Mención especial del Jurado del Concurso de Artes Plásticas y Fotografía 2013

COLEGIO DE ESPAÑA

PARÍS 

Mi calle, óleo sobre lienzo

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© Begoña Summers De Aguinaga

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