BEGOÑA SUMMERS “PINTURAS Y DIBUJOS”.

DEL 3 al 14 de ENERO DE 2019 EN LA SALA DEL PRADO DEL ATENEO DE MADRID.

C/ Del Prado, 19. 28014 Madrid.

Horario: Lunes a sábado de 11:30 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 h.

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BEGOÑA SUMMERS: PINTURAS Y DIBUJOS.

La artista madrileña Begoña Summers (1973) vuelve a presentar su obra en el Ateneo de Madrid. Ya son cuatro los inviernos que la sala de la calle del Prado, número 19, recoge su último trabajo. Esta vez son “25 PINTURAS Y DIBUJOS” realizados entre 2017 y 2018.

Con este conjunto nos acerca a su pintura, con un predominio claro del paisaje, sobre todo urbano. En esta ocasión están representadas ciudades como Madrid, San Sebastián, Águilas (Murcia) y Amsterdam, que le han servido de inspiración.

La mitad de la Exposición está formada por pinturas realizadas con óleo. El resto están realizadas con pastel, acuarela, temple o tinta. Begoña Summers ofrece estas técnicas artísticas en su tratamiento directo con obras realizadas al natural (es decir, en el sitio) que tienen tanto impresión como expresión, dos calidades que según declara ella misma: “te da el trabajo directo, el sentimiento y la emoción de lo vivido, y la inspiración que aporta la música”. En la pintura al óleo ofrece, además, el trabajo lento en el estudio, donde da rienda suelta a su imaginación y busca el color, la textura, el recuerdo de lo vivido. Porque Summers vive todos lo lugares que pinta, así hace bocetos y apuntes que le sirven después, en su estudio, para crear acompañada de la música de Bach o Beethoven.

Y así, nos encontramos con un paisaje marino de luz clara mediterránea y un poco más allá una Gran Vía madrileña junto a un violinista en pleno concierto. Esta exposición supone un año en la creación de esta artista que acepta y siente la pintura como juego constante. ¿Que piensa, para qué sueños vive Summers? Aquí están sus gustos, lo que le inspira. Es sencillo. Sus temas están vivos. Así lo destacó Antonio Illán Illán: “...El sentir está ahí, en el concepto, en la línea, en los colores que se unen unos a otros, en el espacio, en el aire, en el trazo o en las notas que se escapan de una flauta. Quizá ahí, en lo empático, reside ese no sé qué que fascina de esta pintura, eso que, sin necesidad de análisis, lleva a pensar a la mayoría de la gente, en un reduccionismo supremo: esto me gusta”.

El color es el protagonista de esta pintura que la crítica de arte viene calificando como expresionista neo-fauve. Expresión encontramos en el color y en la línea de sus dibujos ¡cómo no!. Si el tratamiento del color ha servido para que la crítica de arte definiera su pintura, el uso sintético de la línea define su dibujo. Un dibujo vivo, de una línea. Y esta síntesis nos muestra un mundo, el personal de Begoña Summers, que invita al optimismo a cuantos lo contemplan.